Excesos y defectos

Me llegan noticias que ponen de manifiesto actitudes que forman parte de lo que comúnmente calficariamos, cuando menos de excesos .El caso de un hombre que ,por sustraer una bandeja con tres chuletas de carne, sale exposado en Nochebuena es uno de esos ejemplos que nos llevan a reflexionar sobre el mundo en que vivimos y que, por fuerza, ponen en evidencia defectos con los que estamos aprendiendo a convivir, como si fuera lo más normal.

Evidentemente vivimos en una sociedad de despropósitos y desproporciones, en la que todo parece haber perdido el sentido del equilibrio. Se considera delincuente al que se apropia de una nimiedad y se pasa por alto al que acumula miles de millones de euros, tras pasar por política y solo puede decir que es una herencia de la que nadie tiene noticia y que tampoco puede justificar, pero acaba olvidándose. Se pagan sueldos míseros a quienes trabajan, a nuestros jóvenes, que apenas alcanzan para mantener sus necesidades básicas y, por otro lado, salen de nuestras arcas miles y millones de euros para pagar salarios y nutrir las cuentas de quienes no hacen otra cosa que insultar y burlarse de nuestro país, sus leyes, sus valores su cultura , hasta límites insultantes de provocación e iresponsabilidad absoluta, descarada ,vomitiva.
Hasta los animales son víctimas de tanta incongruencia. Lo mismo se les endiosa, anteponiendlolos a todo, que si , por cumplir con su sentido de lealtad y protección, atacan al delincuente que invade ,con siniestras intenciones y armado, la casa de la que considera su familia , entonces resulta que merece ser sacrificado, aunque ese delincuente haya cometido 70 delitos en menos de dos años. Tampoco le va a la zaga, según nuestras leyes, la suerte del humano que en similar situación, defendiera su propiedad y a los suyos, pues, si bien todavía no se llega a su sacrificio, tendrá que dar minuciosa cuenta de su actuación y , en principio, nada estará a su favor.
Vivimos en un mundo de exageraciones y desproporciones. Nos multan ,nos embargan o nos desahucian si no pagamos nuestros impuestos, nuestras hipotecas, pero si tras unas vacaciones regresamos y hemos tenido la mala suerte de ser invadidos por okupas, estos pasarán a tener más derechos que nosotros sobre el que era hasta entonces nuestro domicilio. Eso sí, los impuedtos municipales y bancarios seguirán ien corriendo de nuestra cuenta, aunque la ley nos impida entrar en nuestro querido hogar. También lo harán los gastos derivados del mal uso del mismo , de sus enseres, mobiliario, ajuar doméstico etc
El ciudadano solo tiene valor para el Estado si paga todo lo que toca pagar en cada momento, pero protección legal por ser un perfecto cumplidor de sus mandatos, llegados estos indeseables casos, no solo, ninguna, sino todo lo contrario. No creo que sea cuestión de fechas el hecho de que hayamos llegado a esta situación. Por si acaso, escribiré mi deseo de que todo esto cambie a los Reyes Magos, a Papá Noel y a la buena madre de todos los que dicen representarnos.

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