Se hace la luz y mi alma es grande
cuando vivo en la eterna gratitud
de saberme unigénita y bendita
en medio del peligro y de la nada.
No puede el caos anular la estrella
que me alumbra en la noche del destierro.
Existe un pacto con la Luz, por siempre,
que eterniza el lenguaje de las hadas
en mi torpe hilvanar la realidad.
Elfos y sílfides, ondinas , duendes,
Ganesh, iluminados, Tara, Gaia,
la del Búfalo Blanco y mi María,
Nazareno Jesús, ángel custodio,
Kuan Yin, Melquisedec y Saint Germain…
Su aliento llega, pasado el medio siglo,
al oído infantil que en mí pervive,
el que el tiempo transmuta en su peonza,
el que salta, feliz, las desventuras,
alegre tirachinas que ejecuta
al Goliat presuntuoso de las sombras.
Isabel A.M.Miralles ( de su poemario » De sol a sol»